21 de junio de 2017

A la inocencia ya no le ampara el presunto










La presunción de inocencia.
Sin juicio, sin testigos.
La veda parece que se abrió cuando Estados Unidos hizo desaparecer a Bin Laden; se esperaba que la democracia más referenciada del mundo hiciera uso de la separación de poderes y permitiera a la justicia cumplir con su misión pero lo que aconteció fue algo que salió más de las tripas y se convirtió en una ejecución sumarísima; sin justicia, sin testigos libres, ni restos ni residuos, fruto más de la venganza que de la justicia. En aquella ocasión se pudo producir alguna crítica en este sentido, pero se pasó página silenciosa y vergonzante haciendo de las democracias algo un poco sucio; como si uno una vez que invierte en democracia ya se lo tiene ganado, en vez de demostrar la democracia con cada acción, con cada acto. De esta forma se sembró la gran duda de ¿Quién y cómo fue? . Sigue pasando el tiempo y asistimos con una cierta frecuencia a ataques terroristas que son resueltos de una manera expeditiva sin justicia y a veces sin testigos, y tampoco pasa nada, solo pasa la página  dando ya por bueno el suceso y es que uno ya no es presunto. Y si la justicia es realmente un poder dirá algo o ya fue devorada por la tecnocracia como pasó con la economía.

csl.

5 de mayo de 2017

La breve experiencia de un huésped en el Monasterio





Titulo redefinido que por pretencioso no me atreví a poner, porque me pareció que estaba sujeto a conclusiones de experiencias de poco peso. La experiencia monástica.

Tomé posesión de la habitación 15 de la hospedería después de una pequeña espera donde hubo de todo menos entusiasmo de acogida, reconozco mi culpa por no haber reservado, parece ser que era imprescindible, superado el contratiempo hice mía la 15, sobria en decoración y mobiliario, no es para menos estoy en el monasterio de Santa María de Sobrado, pero una ventana me comunica con la naturaleza y el color.
Una visión bucólica, prado con vacas, no podré decir del país, pues son frisonas, el prado si es desigual, las vacas se afanan en buscar el mejor bocado y los pájaros aprovechan oportunos, el escándalo de las vacas en los insectos al deambular, dando buena cuenta de ellos.
El prado limita con un arroyo cuyo cauce se adivina por el rosario de sauces que lo señalan.
Por fin he vuelto a Sobrado, quizás pasaron 54 años de aquella visita que tanto impactó a aquel niño de unos 11 años.
Tanto respeto al regresar desvela un cierto temor a las emociones que vuelvo a encender sin saber a dónde me van a llevar.

20 de abril de 2017

3333 - De Sapiens a Deus - la evolución sigue




Una interpretación de la imagen de arriba podría ser:
De algún modo hemos superado estos retos a costa de estos Acontecimientos de transcendencia global y como la reacción más común de la mente humana ante los logros no es la satisfacción, sino el anhelo de más nos marcamos nuevos retos que para ayudarnos a comprenderlos tenemos que manejar nuevos conceptos.
3.- Algunos de los tres principales problemas que superó o tiene capacidad de superar el Homo Sapiens son: El hambre, La peste (Las enfermedades infecciosas) y la guerra.
El lector asumirá la fragilidad de estos términos tan determinantes.

19 de abril de 2017

La inmortalidad





La inmortalidad.- La ciencia y la cultura modernas difieren totalmente en su opinión sobre la vida y la muerte con los planteamientos anteriores. No piensan en la muerte como un misterio metafísico, y desde luego no consideran que sea el origen del sentido de la vida. Más bien, para las personas modernas, la muerte es un problema técnico que podemos y deberíamos resolver.
¿Cómo mueren exactamente los humanos? Los cuentos de hadas medievales retrataban la Muerte como una figura vestida con capa y capucha negras, y empuñando una gran guadaña.
Un hombre va viviendo, preocupado por esto y aquello, corriendo de aquí para allá, y de repente ante él aparece la Parca, le da un golpecito en el hombro con los huesos de un dedo y le dice:
«¡Ven!». Y el hombre implora: «¡No, por favor! ¡Espera solo un año, un mes, un día!, siempre tenemos algo por hacer, ¡verdad!». Pero la figura encapuchada sisea: «¡No!, ¡tienes que venir AHORA!». Y así es como morimos.