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1 de junio de 2022

Emergencia medioambiental


 

Tenemos sobradamente razonadas e identificadas las causas de las malas prácticas que nos llevan a la situación actual de deterioro ambiental y cambio climático.

Pero pocas veces sugerimos acciones aplicables que modifiquen estas causas para cambiar, a su vez, los comportamientos que puedan paliar están prácticas.

A nivel global existen acciones que por su repercusión superan las fronteras que habría que regular, como la superpoblación. Como una forma de frenar la demanda alimentaria, y la contaminación individual, las necesidades que hay que atender de forma imperiosa. Regular este fenómeno de manera consensuada a nivel global y de forma efectiva sería una forma de comenzar a pensar en una solución efectiva.

La desaceleración de la agricultura como forma de obtención de alimentos a nivel global para retornar a una biodiversidad que corrija el desequilibrio del monocultivo y devuelva e instaure el ecosistema diverso, sin comprometer las necesidades de alimentación en el mundo, es poco realista. Tendríamos que pensar en un sistema de compensación de retorno a una biodiversidad sin desatender las necesidades alimenticias.

Habría que hacer campaña para determinar en que consiste y de que esta formada una alimentación necesaria. De esta forma disminuir la sobrealimentación que se produce en primer mundo, consolidar y equilibrar la alimentación en el segundo mundo. Y dotar de alimentos para algo mas que sobrevivir al tercer mundo.

La utilización de fertilizantes para forzar la producción de la agricultura requiere de nuevo de sistemas de compensación de desaceleración de la producción para volver a disponer de tierras con poder productivo propio.

La perdida de suelo como consecuencia de esta superexplotación requiere de acciones en el mismo sentido.

Cada vez tenemos menos tierras cultivables y lo resolvemos talando bosque para reconvertirlo, esto conlleva menos captura de CO2, más perdida de suelo, menos aporte de oxigeno nuevo equilibrio y desestabilización ecológica, etc. No resuelve el problema, lo agrava.

Hasta aquí hemos señalado tres situaciones a corregir, pero no hemos aportado, ni una solución. Ese es el problema. Sabemos determinar los problemas, pero estamos atascados en dar con una solución.

Una posible solución podría comenzar con frenar la población y paralelamente realizar acciones a nivel global para recuperar determinadas tierras para mantener el consumo en niveles apropiados para atender la alimentación y conservar la capacidad sostenible de las tierras para producir los cultivos que se hagan en ellas.

Además, podríamos aportar la cultura de un menor consumo alimentario, actualmente el primer mundo consume tres veces más de lo que necesita. Sus desperdicios resolverían parte importante de las necesidades alimenticias del tercer mundo, que se muere de hambre.

Esto supone “reventar el mercado”, y es que desde donde lo veamos siempre llegaremos a la misma situación. Este sistema de mercado es el motivo por que la situación es la que es y también la razón por la que no hay una solución defendible por la clase política alineada al sistema de mercado actual. Basamos de forma errónea la producción ilimitada de los recursos sin tener en cuenta sus límites (al crecimiento) y sin freno ni sostenibilidad, entonces acabamos encontrando lo que actualmente tenemos el agotamiento de los recursos, llegando a casos de forma irreversible (la extinción).

Somos conscientes de la cantidad de polución que estamos emitiendo hacia la atmósfera con gases y partículas, perniciosos derivados del carbono, nitrógeno, dioxinas, etc. directamente para nuestra salud y para el medioambiente. Somos conscientes de que estas emisiones son fruto de la combustión del carbón, petróleo y sus refinados y somos conscientes de que este consumo está limitado por las existencias de estos productos y hemos basado nuestro galopante crecimiento exclusivamente en ello. Solamente y dado el consumo mundial y su expectativa es un valor testimonial las iniciativas sobre las llamadas nuevas energías limpias. Somos capaces de ensuciar y dañar lo que sea sin reaccionar a tiempo para luego gastar los recursos para ponerle remedio y trabajar para recuperar lo perdido. Es bastante absurdo.

“Noticia Mayo/2022: La comunidad valenciana vuelve a la movilidad en transporte de pasajeros anterior a la pandemia”. ¿Es una buena o mala noticia?”

Podríamos hablar de la “cumbre del petróleo”, como el momento en que no vamos a poder producir más combustible que el actual porque acabamos las “existencias”, eso supondría un freno al desbocado sistema que utilizamos. Nos quedaríamos sin comunicaciones y energía. Nos preocupa mucho menos el daño ambiental que provoca su consumo y los vertidos y malas prácticas en su obtención.

Y encima tenemos una guerra en Europa, en la que nos preocupamos mas de las armas que enviamos, eso sí, en nombre de la democracia, que de que la guerra no se recrudezca. La guerra comenzó en 2015.

Seguimos elucubrando y solamente hemos aportado, el freno de la población y una tímida actuación sobre algunas tierras para recuperar su diversidad y fertilidad equilibrada y natural. Y una gran esperanza en las energías renovables.

Como la situación nos afecta a todos y la superaremos teniendo en cuenta y en marcha a todos. Se impone como podemos hacer para que la gente se movilice en ese sentido. De momento solo unos pocos sensibles de conciencia (el coñazo del ecologista) reaccionan respondiendo de manera efectiva, pero no es suficiente. Puede mas la propaganda del mercado que la necesidad y alarma generada por lo que la razón nos impone.

El propio sistema dispone de mecanismos para poder desacelerar el daño, la publicidad que marca las tendencias sería una de ellas. Por ejemplo, podríamos rebajar la ingesta de alimentos en el primer mundo, pues comemos unas tres veces mas de lo que necesitamos y junto al control de la población rebajar los consumos del producto alimentario final. Podríamos orientar el consumo hacia productos con menor desperdicio y con menor huella ambiental en su producción. Por ejemplo, reducir la cantidad de carne en la dieta del primer mundo, no se me pongan nerviosos, he dicho reducir. Vaya pues ya puestos también procedería rebajar la cantidad de azúcar que consumimos, esta vez por la salud (Otro que fustiga, la OMS). Somos omnívoros y en nuestra dieta precisamos proteína y el grupo vitamínico B, pero no en las cantidades actuales. Indirectamente actuaríamos también en la salud y bienestar social, a nadie le gusta estar enfermo y menos, crónico. También podríamos hacer valer la moralidad y ética a la hora de proveernos de las necesidades que como omnívoros necesitamos.

Pero quien va a decidir medidas impopulares con efectos beneficiosas en el futuro, que otros aprovecharán beneficiándose injustamente o malgastando lo conseguido.

En un país de ejemplo como España, con una capacidad de insolación, de exposición al viento y a las mareas, le sería relativamente sencillo realizar un plan de reconversión energética por vía de urgencia y en condiciones aceptables para todos, también para el ecosistema que se vería afectado.

Podríamos, podríamos, podríamos. La voluntad política de decisión de los distinguidos ciudadanos que elegimos para tener una vida mejor.

No es fácil. Pasamos a otra fase y es la reconversión del trabajo al disminuir hasta, en casos puntuales, desaparecer muchas industrias que no tendrán futuro. Se abre un nuevo escenario de competencia y supervivencia de empresas y actividades. Pero bien explicado y con decisiones justas y transparentes se puede, aunque hace falta mucha energía y mucho talento. Que hacemos con esos trabajadores, los tendremos que reubicar en otro sitio, es decir formarlos para que hagan de forma competente otra cosa, desplazarlos del lugar actual donde viven. Cambiar a sus hijos de colegio, ajustar el trabajo de la pareja que acompaña al desplazado, etc.

Porque los trabajos que se destruyen en un lado se crean en otro. Es cierto no es el mismo lugar ni el mismo trabajo y los cambios ya los comentamos mas arriba.

La actitud individual es importante por ejemplo si se dice que conviene comer menos carne, los productores de carne se enfadan porque lo consideran como una publicidad en contra de sus ventas y esto les perjudica. Pero lo inteligente es reaccionar a esta información, de otra forma, si la tendencia es a consumir menos carne, el que tenga pensado ampliar, no debe hacerlo y el que pueda disminuir la producción e ir dando otro sentido a su negocio, pues adelante. Claro que no es sencillo, pero hay una razón mayor que la meramente individual, aunque ya sabemos que cuando el barco se hunde la colaboración y solidaridad es la primera que desaparece (alguna secuencia de “Titanic”), por esta razón no apelo a lo social.

No es sencillo ¡verdad!, tantos años consintiendo un sistema perverso al que fuimos permitiendo lo que ya sabíamos que no era sostenible y no podía ir bien, a la situación actual y futura con pronóstico muy poco favorable. Y, ¡hay de aquel que cuestionara el sistema!

Poner de moda la disminución de todo tipo de consumo ayuda, ¿pero resuelve?

Es importante conocer las utilidades residuales que muchos productos que usamos tienen al final de su vida inicial. Como ejemplo los posos de café para ayudar a fertilizar las plantas de la terraza o para activar un montón de compost por su riqueza en nitrógeno. ¿pero resuelve?

Somos muchos, consumimos mucho y agredimos mucho al medioambiente

Si nos ponemos en marcha ya, explicando bien los motivos y empezando a frenar lo que estamos deshaciendo tendremos posibilidades.

Conclusiones:

Sobre la emergencia medioambiental y el cambio climático:

Son sobradas las razones y motivos por los que acabamos en esta situación.

Parte de la culpa son la superpoblación, el mantenimiento de las malas prácticas de mercado, fundamentalmente el consumo y las técnicas de persuasión para incrementarlo de manera imparable junto con el fraude a lo sostenible. Lo que cuestiona el sistema desbocado que nos hemos impuesto con las consecuencias que empiezan a asomar y que se harán críticas en su momento.

¿Qué hacer?

Controlar la superpoblación con un consenso mundial.

Consenso mundial, da la risa hablar de esta expresión, cuando nos alarma la situación medioambiental, somos capaces de reunir a un buen número de representantes con capacidad de decisión en un foro en el que también está permitido “dar alguna cabezadita”. Ya comenzamos la reunión aceptando que lo que habíamos prometido que íbamos a hacer desde la última reunión no lo hemos cumplido. En esta ocasión el COP26 parecía tenerlo mas fácil, aunque fuera algo engañoso, el impacto del COVID con la consiguiente restricción a la movilidad y rebaja de la euforia de mercado, no fue suficiente para comprometer y cumplir con los mínimos, lo veremos enseguida, la fecha de referencia es el 2030. Pero no tenemos mas que mirar al cielo para dudar si son cirro-estratos o estelas de reactores que, pongámoslo en plan poético, nos pintan el cielo.

Si, bueno sería alcanzar un esfuerzo para mantener en unos límites manejables la población mundial, con normas éticas universales (no se trata de resucitar la actividad en el monte Taigeto).

Utilizar las técnicas persuasivas del mercado para modificar hábitos de compra, en cantidad y en calidad medioambiental y sostenibilidad.

Intentar crear una conciencia individual de respeto y cuidado del planeta. Cada uno de nosotros tenemos que hacer nuestra parte y animar y facilitar a los demás a hacer la suya.

Podemos empezar diciendo, cuando nos preguntan de donde somos, del planeta Tierra.

csl - labecos

 

17 de octubre de 2021

El sobrecogedor informe del IPCC

 


Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC)

Quinto Informe 2021

2021/17/PR

COMUNICADO DE PRENSA DEL IPCC

9 de agosto de 2021

Los alarmistas preocupados por el cambio climático venimos advirtiendo y recomendando moderación en el consumo, cuidado con los desperdicios, evitar las emisiones de CO2 innecesarias, etc. lo que supone un importante cambio de hábitos. Y esto ya no es cosa de “los verdes siempre dando la vara”.

Lo que nos vienen a decir ahora los científicos participantes en el grupo de trabajo:

234 autores de 66 países

31 autores coordinadores

167 autores principales

36 editores-revisores

y 517 autores contribuyentes

Más de 14 000 referencias citadas

Un total de 78 007 observaciones formuladas por los gobiernos y los expertos

(Primer anteproyecto 23 462; segundo anteproyecto 51 387; distribución final a los gobiernos: 3 158)

Para obtener más información sobre el Sexto Informe de Evaluación, haga clic aquí.

Sexto informe IPCC

Es lo siguiente.

Que el calentamiento global ya lo estamos viviendo en sus comienzos, que es provocado por nuestro comportamiento, es decir de los humanos, que se nos acabaron los plazos, que es irreversible, que afecta a todas las regiones y que la estrategia de no contamines ya no sirve. Ahora es a ver como lo superamos y como nos acomodamos, por ejemplo. con la agricultura y la salud, a las nuevas situaciones. Las zonas sensibles al mar, como es el caso de Galicia, no solo se va a ver afectada por la subida del nivel del mar, sino que habrá que tener en cuenta cómo evoluciona la circulación oceánica en el Atlántico Norte, que se prevé que deje de beneficiarnos la cálida corriente del golfo que permite tengamos este clima tan excepcional-

Ahora debemos prepararnos para superar situaciones climatológicas extremas durante muchos años.

Puede hacerse irrespirable vivir en el planeta Tierra.

Esto es un resumen de este informe:

Si bien muchas de las características del cambio climático dependen directamente del nivel de calentamiento global, a menudo lo que experimentan las personas es muy distinto de ese promedio mundial. Por ejemplo, el calentamiento en la superficie terrestre es superior al promedio mundial y, particularmente en el Ártico, el calentamiento es más del doble.

“El cambio climático ya afecta de múltiples maneras a todas las regiones de la Tierra. Todo aumento del calentamiento exacerbará los cambios que estamos experimentando”, declaró el Copresidente del Grupo de Trabajo I del IPCC, Panmao Zhai.

Las proyecciones del informe indican que en las próximas décadas los cambios climáticos aumentarán en todas las regiones. Según el informe, con un calentamiento global de 1,5 °C, se producirá un aumento de las olas de calor, se alargarán las estaciones cálidas y se acortarán las estaciones frías; mientras que con un calentamiento global de 2 °C los episodios de calor extremo alcanzarían con mayor frecuencia umbrales de tolerancia críticos para la agricultura y la salud.

Sin embargo, no es cuestión únicamente de la temperatura. Como consecuencia del cambio climático, las diferentes regiones experimentan distintos cambios, que se intensificarán si aumenta el calentamiento; en particular, cambios en la humedad y la sequedad, los vientos, la nieve y el hielo, las zonas costeras y los océanos. Por ejemplo:

- El cambio climático está intensificando el ciclo hidrológico. Esto conlleva una mayor intensidad de las precipitaciones y las inundaciones asociadas, así como unas sequías más intensas en muchas regiones.

- El cambio climático está afectando a los patrones de precipitación. En las latitudes altas, es probable que aumenten las precipitaciones, mientras que se prevé que disminuyan en gran parte de las regiones subtropicales. Se esperan cambios en las precipitaciones monzónicas, que variarán según la región.

 - Las zonas costeras experimentarán un aumento continuo del nivel del mar a lo largo del siglo XXI, lo que contribuirá a la erosión costera y a que las inundaciones costeras sean más frecuentes y graves en las zonas bajas. Los fenómenos relacionados con el nivel del mar extremo que antiguamente se producían una vez cada 100 años podrían registrarse con una frecuencia anual a finales de este siglo.

 - Un mayor calentamiento amplificará el deshielo del permafrost, así como la pérdida de la capa de nieve estacional, el derretimiento de los glaciares y los mantos de hielo, y la pérdida del hielo marino del Ártico en verano.

 - Los cambios en el océano, como el calentamiento y la acidificación del océano, el aumento de la frecuencia de las olas de calor marinas, y la reducción de los niveles de oxígeno, están claramente relacionados con la influencia humana. Estos cambios afectan tanto a los ecosistemas de los océanos como a las personas que dependen de ellos, y continuarán produciéndose al menos durante el resto del siglo.

 - En el caso de las ciudades, algunos aspectos del cambio climático pueden verse amplificados, en particular el calor (ya que las zonas urbanas suelen ser más cálidas que sus alrededores) y las inundaciones debidas a episodios de precipitaciones intensas y al aumento del nivel del mar en las ciudades costeras.

 En el Sexto Informe de Evaluación se ofrece por primera vez un análisis más detallado del cambio climático a nivel regional —prestándose especial atención a la información útil que puede servir de base para la evaluación de riesgos, la adaptación y la adopción de otras decisiones— así como un nuevo marco que ayuda a traducir los cambios físicos del clima (calor, frío, lluvias, sequías, nieve, viento, inundaciones costeras, etc.) en lo que representan para la sociedad y los ecosistemas.

Esta información regional puede consultarse en detalle en el nuevo Atlas Interactivo interactive-atlas.ipcc.ch, así como en las fichas informativas regionales, el Resumen técnico y el informe de base.

Da la impresión que siempre vamos por detrás de las expectativas que generan cada uno de los informes y eso puede ser debido a que no metemos en la ecuación lo que está sucediendo de inmediato y sucederá en los próximos meses. Como por ejemplo los cientos de miles de hectáreas ardiendo, el deshielo del permafrost que incorporará una importante cantidad de microrganismos congelados desde hace unos 24.000 años con el consiguiente reajuste del equilibrio ecológico, además de la liberación de gases de efecto invernadero, y las ansias de recuperar la nociva actividad económica que pusimos en stand by con motivo del (COVID-19). Si he dicho “nociva actividad económica”, pues que haremos nos morimos de hambre, porque no tenemos trabajo o por los perniciosos efectos medioambientales que provocamos. También el albedo, .es decir, el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre ella. Un albedo alto enfría el planeta, porque la luz (radiación) absorbida y aprovechada para calentarlo es mínima. Por el contrario, un albedo bajo calienta el planeta, porque la mayor parte de la luz es absorbida por el mismo.

El albedo medio de la Tierra es del 37-39% de la radiación que proviene del Sol, parece ser que el albedo terrestre está bajando. Pero no tenemos otro sistema y no vamos a renunciar a este para evitar sus efectos nocivos. De modo que tenemos que asumir las consecuencias.

El reto es que necesitamos un cambio de estilo de vida, algo muy difícil de conseguir, porque supone ir en contra de la inercia del sistema, y a la vez ponernos a pensar en otro sistema que sustituya a este y sea compatible con los efectos del anterior.

Podemos ir preparando una buena dosis de resiliencia y una buena atención y cuidado de salud mental.

 csl